10 destinos imperdibles para conocer en Argentina fuera del circuito tradicional – Dicas Turismo

10 destinos imperdibles para conocer en Argentina fuera del circuito tradicional

Argentina es reconocida en todo el mundo por destinos emblemáticos como Buenos Aires, Bariloche y Mendoza. Pero más allá de los clásicos, nuestro país esconde verdaderas joyas poco exploradas. Si estás cansado de hacer siempre los mismos recorridos turísticos y querés descubrir un costado distinto de la Argentina, este artículo es para vos.

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Viajar fuera del circuito tradicional es una manera única de reconectarte con el espíritu de la aventura. En estas rutas alternativas, te vas a encontrar con pueblos pintorescos, parques nacionales poco conocidos, tradiciones vivas y una naturaleza tan imponente como salvaje.

Así que, si lo que buscás es escapar de las multitudes y vivir experiencias auténticas, preparate para sumergirte en paisajes que no aparecen en las guías convencionales. Explorá los destinos que te presentamos a continuación y descubrí una Argentina distinta, capaz de cambiar por completo la forma en que la ves.

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1. El Chaltén – La capital argentina del trekking

Ubicado en la provincia de Santa Cruz, dentro del Parque Nacional Los Glaciares, El Chaltén es un paraíso para quienes aman la naturaleza y las caminatas.

A diferencia de su vecina más turística, El Calafate, El Chaltén ofrece una experiencia más rústica e íntima. Fundado en 1985, el pueblo mantiene hasta hoy ese aire tranquilo de aldea de montaña.

Desde el centro parten senderos que conducen a miradores espectaculares, como el que muestra la emblemática cara del Monte Fitz Roy. Las caminatas a la Laguna de los Tres y la Laguna Capri están entre las más famosas.

La entrada al parque es gratuita y no hace falta guía para la mayoría de los senderos. Si buscás aventura, silencio y paisajes que te dejan sin aliento, este es tu lugar.

Además, El Chaltén es ideal para quienes disfrutan del “slow travel”: todo se hace con calma, respetando los tiempos de la naturaleza. Hay hostels, cabañas y cafeterías con vista a las montañas que invitan a quedarse más de lo planeado. Más info sobre el Parque Nacional Los Glaciares acá.

2. Iruya – Un pueblo entre montañas en el norte argentino

Pocos lugares capturan el espíritu andino como Iruya, un pequeño pueblo ubicado a más de 2.700 metros de altura, en la provincia de Salta. Llegar ya es toda una aventura: el camino es de ripio, serpenteante, y atraviesa paisajes que parecen de otro planeta.

En Iruya el tiempo se detiene. Las casas de adobe, la iglesia del siglo XVIII y la calidez de su gente hacen que la experiencia sea profundamente auténtica. Es un lugar para desconectarse, caminar por sus callecitas empinadas y respirar el aire seco de la montaña.

Ideal para quienes buscan una inmersión cultural, Iruya también sirve como base para visitar comunidades originarias cercanas. Muchos viajeros combinan este destino con Tilcara y Humahuaca. Su mezcla de tradición y paisaje hacen de este pueblo una joya del noroeste argentino.

3. Parque Nacional El Impenetrable – Naturaleza salvaje en el Chaco

El nombre lo dice todo: El Impenetrable es uno de los rincones más remotos y vírgenes del país. Este parque nacional, ubicado en el Chaco, fue inaugurado en 2017 y es el último gran refugio de naturaleza intacta en Argentina. Allí habitan especies como el oso hormiguero gigante, el yaguareté y el tatú carreta.

El turismo aún es incipiente, lo que lo convierte en un destino perfecto para quienes buscan tranquilidad y contacto puro con la naturaleza. Se pueden hacer caminatas guiadas, paseos en kayak por los ríos y safaris fotográficos. Además, el parque forma parte de un proyecto de conservación que involucra a comunidades locales.

Para visitarlo, lo ideal es partir desde Resistencia hasta el portal La Armonía. Es fundamental llevar todo lo necesario: agua, comida, protector solar y repelente. La belleza del lugar merece el esfuerzo.

4. Puerto Pirámides – El santuario de las ballenas en la Patagonia

En la Península Valdés, provincia de Chubut, se encuentra Puerto Pirámides, un pueblo costero que ofrece una de las experiencias más emocionantes de Argentina: el avistaje de ballenas francas australes. Entre junio y diciembre, estos gigantes del mar se acercan a la costa para aparearse y dar a luz.

Se pueden hacer excursiones en barco con guías especializados, pero muchas veces es posible verlas desde la costa o los miradores. También hay lobos marinos, orcas y pingüinos en la zona.

El pueblo es chico, pero tiene buena infraestructura. No hay lujos, pero sí una conexión única con el mar y sus habitantes. Es un destino ideal para quienes aman el ecoturismo y buscan un vínculo respetuoso con la vida salvaje.

5. Laguna Brava – Flamencos y altura en La Rioja

En plena cordillera riojana, a más de 4.000 metros de altura, se encuentra la impactante Laguna Brava. Este espejo de agua salada rodeado de montañas recibe miles de flamencos rosados, generando un contraste inolvidable con el paisaje andino.

Para llegar es necesario contratar una excursión en 4×4 desde Vinchina o Villa Unión, ya que el camino es largo y pasa por terrenos complicados. Durante el recorrido se atraviesan formaciones rocosas surrealistas, salares y estaciones ferroviarias abandonadas.

La Laguna Brava es ideal para el turismo de contemplación y para quienes buscan paisajes fuera de lo común. Un verdadero santuario escondido en las alturas del noroeste.

6. Concepción del Yaguareté Corá – Entrada alternativa a los Esteros del Iberá

En Corrientes, este pueblo poco conocido es una excelente puerta de entrada al Parque Nacional Iberá, también llamado el “Pantanal argentino”. A diferencia de la más turística Colonia Carlos Pellegrini, Concepción ofrece una experiencia más local y tranquila.

La zona es hogar de caimanes, carpinchos, ciervos y cientos de especies de aves. Se pueden hacer paseos en lancha, caminatas por pasarelas flotantes y hasta cabalgatas por los humedales.

El pueblo es encantador, con construcciones coloniales y una vida pausada. Si buscás naturaleza, cultura y turismo responsable, este lugar te va a encantar.

7. Villa Traful – El secreto mejor guardado de la Patagonia

Entre bosques y montañas neuquinas, Villa Traful es una joya poco conocida del circuito de los Siete Lagos. Su acceso de ripio disuade a muchos, lo que mantiene su esencia intacta.

Perfecta para descansar, pescar o remar en kayak, la villa tiene uno de los miradores más lindos de la región: el Mirador del Viento. En otoño, el paisaje se tiñe de rojos y dorados dignos de postal.

Es un destino ideal para quienes buscan paz, naturaleza y un ambiente familiar. Un lugar para respirar aire puro y olvidarse del reloj.

8. Campo de Piedra Pómez – Un desierto de esculturas naturales

En Catamarca, este increíble campo de formaciones rocosas blancas esculpidas por el viento parece sacado de otro planeta. Se extiende por decenas de kilómetros, generando un paisaje único y poco explorado.

El contraste entre el blanco de la piedra, el azul intenso del cielo y el dorado del desierto es simplemente hipnótico. Se puede recorrer a pie, con la sensación de estar caminando por la Luna.

Se accede desde El Peñón en vehículos 4×4, y es recomendable contratar guías locales. Un destino impactante y fotogénico como pocos en el país.

9. San Javier – Espiritualidad en las sierras de Córdoba

Entre las Sierras de los Comechingones, San Javier es un pueblo serrano que combina naturaleza, tranquilidad y un toque espiritual. Las calles de tierra, el aire limpio y las vistas al cerro Champaquí crean un entorno perfecto para desconectar.

Hay senderos suaves, arroyos cristalinos y campos de lavanda. También hay bodegas artesanales y productores de aceite de oliva que vale la pena conocer.

San Javier es elegido por viajeros que buscan armonía, prácticas holísticas y un ritmo de vida más lento. Un rincón que invita a quedarse.

10. Lago del Desierto – Bosques, glaciares y silencio

Al norte de El Chaltén, el Lago del Desierto es una joya escondida rodeada de montañas y glaciares. Solo llegar hasta allí ya es un regalo visual, con ríos, cascadas y bosques frondosos.

Desde el lago se pueden hacer caminatas hasta miradores como el del Glaciar Vespignani, o simplemente disfrutar del reflejo de las montañas en el agua. Hay zonas para picnic y paseos en bote.

Es perfecto para una excursión de día desde El Chaltén o para pasar una jornada completa en conexión con la naturaleza. Una experiencia que queda en el alma.

Conclusión

Viajar fuera del circuito tradicional en Argentina es abrirse a una experiencia más rica, auténtica y transformadora. En lugar de las multitudes y los lugares sobreexplotados, encontrás silencio, cultura viva, paisajes intactos y comunidades que aún conservan su esencia.

Lo mejor de todo es que muchos de estos destinos se pueden visitar con presupuestos accesibles y de forma sustentable, generando un impacto positivo en las economías locales.

Si te gustó esta selección, guardá este artículo, compartilo con otros viajeros curiosos y empezá a planear tu próxima escapada fuera de lo común. Argentina está llena de rincones que te van a sorprender.

Preguntas frecuentes (FAQ)

1. ¿Necesito guía para visitar estos destinos?
Depende. Algunos, como Campo de Piedra Pómez o Laguna Brava, requieren guía y 4×4 por cuestiones de seguridad y preservación.

2. ¿Cuál es la mejor época para viajar a estos lugares?
Primavera (septiembre a noviembre) y otoño (marzo a mayo) suelen tener buen clima y menos turistas.

3. ¿Se pueden conocer con poco presupuesto?
Sí. Muchos de estos destinos tienen alojamientos económicos. Lo más costoso suele ser el traslado.

4. ¿Son seguros para viajar solo o sola?
En general sí, pero siempre conviene tomar precauciones y consultar con locales sobre senderos y caminos.

5. ¿Tienen infraestructura turística?
Algunos más que otros. En destinos más rústicos es clave llevar agua, comida y equipamiento adecuado.